Los emprendedores de la economía social quedaban fuera del crédito bancario al no tener un título de propiedad o una garantía inmueble, un recibo de sueldo o un empleo formal, así surge la necesidad de la garantía solidaria en la que la confianza de pago surge de la confianza que existe entre los emprendedores entre sí.
En el mes de octubre de 2011 entregamos los primeros microcréditos y desde allí, junto a lo recaudado de las cuotas, todos los meses seguimos haciendo estas entregas. El interés es menor al que se abona en las entidades de créditos, financieras y bancarias. Los requisitos que solicitamos es ser socio de la Asociación, con la cuota al día y ante la solicitud presentada en nuestras oficinas, personal idóneo evalúa y aprueba los pedidos.
Los grupos se transforman en multiplicadores de esta experiencia y se convierten en los principales difusores.
Los lazos respaldan los créditos y el crecimiento conjunto es reflejo de que es posible apelar a la confianza y a la palabra empeñada como base solidaria para una economía que se hace cada día más visible.
